LA SOPA DE LETRAS




Siguiente palabra… (Barrio de gritos: una sola voz, sin acento, femenina, joven… ¿desesperada? Raro…). ¡BIZARRO!, ¡te cacé! (Dos golpes: uno seco seguido de otro blando).

Salí por algo que no era curiosidad, sino lo que en boca de la superchería se conoce como un mal presentimiento. En el asfalto un cuerpo: femenino, joven, inmóvil. La ambulancia que no llegaba, un grito anunciando esperanza, la policía solicitando una sábana para tapar el cuerpo… poco después la cabeza. Defenestrada.

Las lágrimas resbalaron sin control, sin sentido por una cabellera negra desparramada en el sucio gris, por una sinrazón… El escape de gas contenido apenas media hora antes era lógico: la máquina excavadora andaba excavando. Pero aquella mujer precipitada a esa muerte…

Recordé los sueños de las últimas noches: seres que habían partido hacía años y cuyo recuerdo vivía en un rincón de mi mente. Deseé que alguien resucitara en el recuerdo a aquella desconocida y enjugara su dolor hasta tornarse liviano... Volví a concentrarme en la sopa de letras.