CREACIÓN

 

Valse, Evgeny Grinko

Yhaya suspiró y los vientos arreciaron sus aullidos, entonces, los ojos de Yahya se cerraron y miles de mariposas batieron arcoiris al unísono; en el frenesí de la corriente, Yahya derramó una lágrima que horadó el centro de todo, el airado bucle se contrajo en un estornudo y luego se expandió en una voraz carcajada. Antes de que Yahya abriera los ojos, supe que era el padre más afortunado del mundo.